Identificación

Toda identificación con la mente-sombra, memoria psicológica, cuerpo dolor….. comienza con la suposición de que mi falso yo -ese yo que existe tan sólo en mis propios deseos egocéntricos- me dice que él es la realidad fundamental de la vida, hacia la cual todo lo demás del universo está orientado. Así, gasto mi vida, mi energía intentando acumular placeres y experiencias, poder y honores, conocimientos y amor, para vestir ese falso yo y construir con su nada algo objetivamente real. Y enrollo experiencias en torno de mí mismo y me cubro de placeres y gloria como con vendas para hacerme perceptible a mí y al mundo, De esta forma sólo puedo concebir un modo de llegar a ser real: separarme de los demás y levantar una barrera de contraste y distinción entre yo y los otros hombres, para como socialmente se suele decir “sentirme orgulloso”.
Yo tengo lo que tú no tienes, yo soy lo que tú no eres, yo cogí lo que tú no pudiste tomar, yo me apoderé de lo que tú nunca pudiste alcanzar. Por lo tanto, tú sufres y yo soy feliz, tú eres despreciado y yo alabado, tú mueres y yo vivo, tú no eres nada, y yo soy algo y yo soy tanto más por el hecho de que tú no seas nada. Y así paso la vida, midiendo y admirando la distancia entre tú y yo, a veces esto aún me ayuda a olvidar a los otros hombres que tienen lo que yo no tengo, y han tomado lo que yo fui demasiado lento en coger y se han apoderado de lo que estaba fuera de mi alcance y que son alabados como yo no puedo serlo y que viven de mi destrucción como si fuera una nada, un cuerpo invisible que sólo puede hacerse ver cuando algo visible cubre su superficie. No hay sustancia bajo las cosas con que me he rodeado. Soy hueco, y mi construcción de placeres y ambiciones carece de base. Estoy objetivado en ellos, cosificado, materializado. Pero ese falso yo está destinado, por su misma naturaleza de materia, a ser destruido (cualquier estructura material humana es inestable y tendente a la desaparición). Y cuando desaparezca no quedará nada de mí sino mi propia desnudez, vacío y oquedad, para decirme que soy un error. 
Para llegar a ser lo que ya soy y he olvidado, debo dejar de ser lo que pensé que era, lo que los demás deseaban que fuese, lo que supuse que debería ser, y tener conciencia de ser lo que ya soy: “un espíritu teniendo una experiencia material, humana terrenal, evolutiva y pasajera” y para hallarme a mí mismo debo acceder al interior de mí mismo, que no se ve, pero si se siente; respirándome y canalizando la energía que me mueve y mueve el universo; y para vivir debo morir en vida, olvidando lo aprendido, la mala educación recibida en el pasado, viviendo y amando en el ahora, aprendiendo del ahora, evolucionando con el ahora, sin dolor por el pasado ni temor por el futuro, teniendo pleno conocimiento que el propósito de esta vida está en el ahora y que lo único que te puedes llevar de esta dimensión vivida es el amor que entregues y recibas en el ahora; se consciente de cada momento vivido aquí y ahora es especial porque jamás regresa y que todo momento parecido a este en que estás leyendo es bueno para amarte y amar, ya que nunca nada llega para ser igual que antes, ni será lo mismo en el futuro. Date cuenta, respira este momento porque es único.


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