Las Meninas

Hacia mitad del siglo XVII, después de muchos años sin pintar apenas, Diego Velázquez retomó los pinceles para retratar al rey Felipe IV, a la reina Mariana de Austria y a la infanta Margarita junto a otros personajes en un gran lienzo que quedaría para la posteridad y que marcaría un hito en la pintura.
Intrigante por la presencia del propio pintor en el cuadro, por la difícil perspectiva y composición, por la luz, el color y las pinceladas que, de algún modo, anticipaban el impresionismo. Se han hecho todo tipo de análisis, pero, hasta hace pocas décadas, nadie sabía lo que esta obra representaba realmente.
En 1978 se descubría un extraordinario secreto que, paradójicamente llevaba más de tres siglos a la vista de todo el mundo. Sin embargo, nadie lo vio. Era la conexión mágica y sorprendente de las Meninas con la astrología. Se nos muestra que, si trazamos líneas rectas entre los corazones de los personajes que están en primer plano (Velázquez, la menina de la izquierda, la infanta Margarita, la menina de la derecha, Marcela de Ulloa y José Nieto) obtendremos la figura de la Corona Boreal, una constelación claramente visible en el hemisferio norte.
No solo eso. La más “brillante” de la pintura, la que tiene mayor luz, es claramente la infanta Margarita, que entonces contaba con unos cinco años de edad y resulta que la estrella más brillante de la constelación de la Corona Boreal se denomina, en latín, “Margarita Coronae”. 
Así la pintura aún escondería una conexión más con las estrellas....En su afán por agradar a los reyes y en agradecimiento por ser el principal pintor de corte, dentro de Las Meninas encerró un potente talismán. ¿Cómo es eso posible? Es muy sencillo, si seguimos utilizando la línea de dibujo esta vez siguiendo las cabezas de los personajes, podemos cerrar el circulo imaginario de la Corona Borealis y extraer dos trazos más que unen por un lado las cabezas de los dos personajes del fondo, Marcela de Ulloa y Diego Ruiz de Ascona, y por otro a los bufones enanos junto al mastín, Mari Barbola y Nicolasín, formando con todo ello el increíble símbolo astrológico de Capricornio. Ninguno de los personajes del cuadro responde a ese signo zodiacal, entonces ¿por qué ese símbolo oculto?
Si nos atenemos a la época en que se culmino el cuadro 23 de Diciembre de 1656, pleno invierno, la corte de los Austrias estaba alterada. Se temía que la reina no pudiera concebir un varón para que pudiera suceder al Rey Planeta. No hacia mucho que la reina había tenido una niña epiléptica que había muerto y un año después un pequeño niño que solo duro 24 horas, amén de otros abortos que había sufrido. A finales de año parecía que la reina estaba de nuevo preparada para conseguir el ansiado príncipe y por ello todos los cortesanos observaban oscuros nubarrones en el horizonte si no había heredero varón en el futuro. Para ello Velázquez ocultó tras su obra este símbolo-talismán de Capricornio para reforzar el feliz desenlace de un futuro embarazo. Las meninas serian el símbolo de Hebe, hija de Zeus que representa la vida y la fertilidad, y el caballero de la puerta, José Nieto igualmente representaría el paso a otra vida. Si el talismán funcionó no se sabe con claridad, ya que por un lado el rey si tuvo con los años un hijo que se alzaría con la corona pero con un final bastante desastroso para los intereses de la Familia Austria. Aquel triste rey fue Carlos II, llamado El Hechizado.
Conclusión: Velázquez ejecutó este cuadro como un talismán astrológico protector de la Infanta Margarita y así propiciar la continuidad en la corona española de los Austrias, seriamente amenazada.

Las Meninas o La Familia de Felipe IV - Diego Rodríguez de Silva y Velázquez - 1656 - Museo del Prado

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