Luz difusa

Él está ahí dentro de ti, pero te aferras, te obsesionas. La obsesión con lo externo tiene que finalizar. No hay necesidad de escapar a ninguna parte, eso no ayudará, en veinticuatro horas tienes suficientes momentos para mirar hacia adentro. 
Cada vez que tengas tiempo, solo cierra los ojos, aunque sea por un momento, y mira adentro, hacia el ser viviente, obsérvalo, siéntelo. Está allí, sólo es necesario un poco de práctica para ver y armonizar con la oscuridad interna. Si está oscuro ahora, es porque estás acostumbrado a la luz externa.
Cuando sintonices con la luz interna, verás que es una luz difusa, no oscura, una luz muy silenciosa, de mucho consuelo, de mucho alivio, pero no una luz intensa, es como el alba, como cuando el sol está a punto de salir, solo es una luz difusa, porque no es generada por un sol.
Es tan solo tu luz natural, no es generada por ninguna otra cosa. Es tu propia luz, tu propia aura interna está ahí. Cada vez que encuentres un tiempo, no lo desperdicies. 
Encontrarás suficientes momentos: al ir a dormir, mira hacia adentro, el día ha pasado, el mundo de la muerte, de la materia ya no está, te vas a retirar, mira adentro. Por la mañana, en cuanto te das cuenta que el sueño se ha ido, no hay necesidad de saltar de la cama al mundo. Espera un poco, cierra tus ojos, mira hacia adentro: es silencio. Todo el descanso de la noche ayuda, no estás tan tenso, será más fácil ir hacia adentro. Por la noche estás cansado del mundo, estás hastiado del mundo, estás listo para mirar alguna otra cosa. Por la mañana has descansado y el descanso ayuda, puedes mirar hacia lo interno.




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