Las flores


La meditación a través de la pinturas de flores es un asunto muy desarrollado en el Barroco por los pintores flamencos para después penetrar en España. La levedad del ser está revelada en esta obra, a través de flores en la cúspide de su belleza plena de madurez pero irremediablemente sentenciadas a desaparecer de este mundo, son como mensajeros de otra dimensión , como un puente entre el mundo de la materia, de la física, de la forma y el de lo que no tienen forma. Hay una apertura interior, al contemplar una flor, hacia una dimensión espiritual, etérea que nos conecta con la parte esencial de ser más íntimo.

Pero también en el Barroco en particular el holandés, la pintura de flores trasmite el interés por lo material, por el coleccionismo exótico al que eran muy aficionadas las clases nobles y burguesas. Traídas de Oriente o las Indias no solo por su belleza si no por la legendaria capacidad comercial de los holandeses y la Compañía de Indias. Representaban un símbolo de poder terrenal.

Es un gran ejemplo de como la ambigüedad, la dualidad de la naturaleza humana puede conducir al ser a perseguir deseos vulgares y a la vez puede ayudarnos a la contemplación, reflexión, meditación sobre el auténtico ser que somos y llegar a conocernos.

El Olfato - Jan Brueghel el Viejo y Peter Paul Rubens - 1618 - Museo del Prado






La abundancia y los cuatro elementos - 1615 Jan Brueghel "El Viejo" -  Museo del Prado






































































































La Virgen y el Niño en un cuadro rodeado de flores y frutas - Jan Brueghel el Viejo y Peter Paul Rubens - 1617 - Museo del Prado


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