El vínculo con uno mismo


El vínculo con nosotros mismos es el más importante porque podemos dar y tener experiencias por lo que somos. Amándonos a nosotros mismos es como podemos dar amor en nuestras relaciones y crecer junto a los demás en un proyecto en común, cada uno siendo responsable de sí mismo para ser responsable también de la realidad compartida. 

En el vínculo amoroso no necesitamos al otro sino que queremos estar con el otro. Hacernos conscientes de que es una elección que hacemos en cada minuto, no es el azar, la suerte o la mala suerte. 

Buscar y encontrar el amor y la plenitud internos. El amor no viene hacia nosotros sino que parte de nosotros, nosotros llevamos el amor y la felicidad a los demás. 

Cuando somos conscientes de que realizamos una elección el compromiso es del 100% con nosotros mismos y con el otro. 

El amor es una decisión permanente por eso requiere actos conscientes para vivirlo cada día. No nos cae del cielo. El hecho de que tengamos que hacer un esfuerzo por vivirlo no significa que ya no hay amor. 

Debemos estar atentos a los estímulos externos como el trabajo, la crisis, los hijos, las familias… para que no interfieran en el desarrollo de nuestro amor interior y así no lo descuidemos. 

Aceptamos el cambio personal como una parte natural del vínculo y no como una amenaza porque ya no es el/la mism@. 

Aceptamos que somos seres incompletos e imperfectos y que por ésta razón seguro que nos vamos a desilusionar y seguro que vamos a decepcionar al otro, no nos harán felices siempre ni haré feliz siempre al otro. Si creemos que el amor es la perfección nos frustremos y añadiremos más dolor al conflicto que se producirá normalmente. 

Incluimos el conflicto y la negociación como parte del vínculo. Los conflictos no los podremos evitar, podemos transformarlos en herramientas para seguir creciendo tanto personalmente como en pareja.

Hagamos que la relación con uno mismo sea lo más importante, transformémonos en nuestros propios barómetros de felicidad y amor. Si nos atrevemos desnaturalizar nuestras creencias nos ayudará a estar más presentes en el ahora más que en lo que creemos que tiene que ser el amor y la felicidad 

Te quiero mucho y pase lo que pase te amaré siempre, el contrario del Amor no es el odio sino el miedo y hace ya tiempo que dejé de tener miedo a amar.


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