Pérdida de interés por el pensamiento incontrolado


Mucha gente estresada y ocupada les resulta difícil dejar de centrarse en la rápida corriente de pensamientos que atraviesan su mente, y la idea de sentarse en la meditación pueden causar más estrés. La meditación es un entrenamiento de autoconocimiento, es el ejercicio de la atención a la observación de los pensamientos y todos tenemos esa cualidad innata. En lugar de trabajar en contra de esa voz que resuena en la cabeza , siéntate y "observa" el fluir de pensamientos que discurre por la mente, en vez de involucrarse en ellos. 

Relajarte y observar tus pensamientos (Observación de la Mente) según estos vayan haciendo su aparición en la pantalla de tu mente. Date cuenta que éste es un ejercicio en el que no se hace nada. Sólo se observa lo que pasa. Eso que eres tú (El Observador) permanece atento a lo que ocurre en su mente (lo observado), sin identificarse con nada. Si un pensamiento consigue llevarse tu atención, llevarte por ahí, encadenándote a otro pensamiento, únicamente has de darte cuanta y regresar a la tranquila actividad de observar tu propia mente. 

El enemigo más terrible que puede echar por tierra toda tu preparación en el terreno de la meditación es el hábito emotivo-intelectual de expectación. Todos los desengaños y esfuerzos infructuosos proceden de ese extraño y mortal deseo. En la India lo llamaban el Vasana de la Expectación. No debes esperar nada más que el placer de hacer estas cosas. La satisfacción está en los ejercicios mismos y no en ninguna idea más o menos acertada o falsa de lo que tienes que conseguir. Si no te gusta lo que haces, no esperes nada productivo. 

Creo que la clave del éxito de este trabajo interior es “la pérdida de interés por el pensamiento incontrolado”, la mayoría acabamos víctimas de alguno de ellos. Muchas personas tienen algún pensamiento recurrente que persiste y no es deseado. Este pensamiento causa ansiedad, preocupación y angustia a la persona que lo sufre, incluso pueden tener comprometida su vida social por estar bajo la esclavitud de algún pensamiento recurrente ya que a veces las obsesiones se tienen sobre aspectos contrarios a las creencias de la persona lo que agrava aún más la sensación de desazón. Decimos que son enfermos mentales, obsesos, etc... Otros son esclavos de su pensamiento incontrolado. Van de un pensamiento a otro y llegan a dificultarse mucho la vida. Hay casos extremos de personas que al minuto siguiente ya casi ni recuerdan lo que han dicho en el anterior. 

¿Por qué no podemos evitar pensar lo peor, en muchas ocasiones, sabiendo que generalmente no acertamos?, ¿por qué mi vida depende de que "algo" piense dentro de mí que no voy a ser capaz?, ¿por qué dejo que cientos, miles de fantasías, hagan de mi vida un fracaso personal?... 

Si un pensamiento es bonito decimos: "estoy pensando que...", si no nos gusta decimos: "no me puedo quitar de encima este pesamiento...". Nos creemos los autores de los pensamientos que concuerdan con nuestro estado de ánimo (tan cambiante como el tiempo meteorológico) y rechazamos aquellos que nos parecen inoportunos. Lo cierto es que la máquina de pensar es como una radio siempre en marcha sobre cuyas palabras e ideas tenemos escasísimo control. ¿De qué pensamiento te vas a fiar?... ¿del que te dice que eres una persona honrada? ¿o del que te dice "quiero morirme"? 



Osho dijo: 

"Tus pensamientos tienen que entender una cosa: tú no estás interesado en ellos. El momento en que llegues a este punto has logrado una victoria tremenda. Sólo observa. No le digas nada a los pensamientos. No los juzgues. No los condenes. No les digas que se muevan. Déjalos hacer lo que estén haciendo, déjales hacer cualquier gimnasia; simplemente observa, disfruta. Es una película bonita. Tú te sorprenderás: sólo observando, llegará un momento en que no habrá pensamientos, no hay nada que observar. 

Esta es la puerta que he llamado la nada, la vaciedad. 

Por esta puerta entra tu ser real, el maestro. 

Este maestro es absolutamente positivo; en sus manos todo se convierte en oro. Si Albert Einsten hubiera sido meditador, la misma mente hubiera producido la energía atómica no para destruir Hiroshima y Nagasaki sino para ayudar a toda la humanidad a subir los niveles de vida. Sin meditación la mente es negativa, estará seguro al servicio de la muerte. Con la meditación el maestro está allí, y el maestro es absolutamente positivo. En sus manos la misma mente, la misma energía se vuelve creativa, constructiva, afirmativa a la vida. 


Tú no puedes hacer nada directamente con la mente. Tendrás que hacer una ruta indirecta, primero tienes que traer el maestro adentro. El maestro no está, durante siglos el sirviente ha estado pensando que es el maestro. Sólo deja entrar al maestro, y el sirviente inmediatamente entenderá. Sólo la presencia del maestro y el sirviente caerá a los pies del maestro y esperará por alguna orden, por cualquier cosa que el maestro quiera que sea hecha ― él está listo. 

La mente es un instrumento tremendamente poderoso. Ningún ordenador es tan poderoso como la mente humana, no puede ser, por que es hecho por la mente humana. Nada puede ser, por que todos son hechos por la mente humana. Una mente humana con una capacidad tan grande: en un cráneo pequeño, ese cerebro pequeño puede contener toda la información existente en todas las bibliotecas de la tierra, y esta información no es pequeña. 

Pero los resultados de este inmenso regalo al hombre no ha sido benéfico por que el maestro está ausente y el sirviente está dirigiendo el espectáculo. El resultado es guerra, violencia, asesinatos, violación. El hombre está viviendo una pesadilla, y la única manera de salir es traer al maestro. Él está allí, sólo tienes que agarrarlo bien. La llave es observar: sólo observa la mente. En el momento en que no hay pensamientos, inmediatamente serás capaz de verte a sí mismo no como mente, como algo más allá. Algo que trasciende la mente. 

Cuando estés armonizado con lo trascendental la mente está en tus manos. Puede ser inmensamente creativa. Puede hacer esta misma tierra un paraíso. No hay necesidad de buscar ningún paraíso arriba de las nubes, tampoco hay necesidad de buscar ningún infierno porque el infierno ya lo hemos creado. Estamos viviendo en él. "


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