Despliegue de energía


En la vida de las personas a veces suceden hechos dramáticos. Da la sensación de que estos rompan en dos el futuro hacia el que iban dirigidas esas personas, y desde ese momento quedan como agazapados en un rincón de la vida sin poder expresarse, heridos y vencidos.
Sin embargo, desde un plano más amplio al que su mente admite, ese fatídico hecho ha sucedido precisa y exclusivamente para que esa persona tenga la oportunidad de desarrollar y expresar la verdad sobre quién es.
No es ese ser densificado, con la energía comprimida, es esa energía densa, comprimida la que, una vez desenrollada, expandida, le define.
Cuando ese ser sea capaz de superar la sensación de injusticia, entonces desplegará una energía que ahora está paralizada y esa energía en expansión le dará lugar al desarrollo de todo aquello que defina quién es y le permita realizar aquí la obra que decidió venir a hacer. Y tal vez pudiera llegar algún día, si es que se ha liberado de los rencores a la vida o a lo que el considera injusticia o mala suerte, en que sepa reconocerse como el arquitecto de esos acontecimientos para recibir el empuje de “llevarse a cabo, experimentarse”, e incluso agradecer a las personas implicadas aquellas actuaciones que en principio le paralizaron la vida prevista para ahora poder realizar su realidad.
Esa es la verdadera liberación. Además, ahí radica la comprensión, el perdón, el reconocimiento, la Sabiduría, es decir, la Libertad.
La persona que no ha conseguido llegar aquí, que se ha quedado anclada, lo ha hecho con bloques de dolor y rencor, y son gentes que no dan pasos. Sólo se mueven dentro de los límites de estos bloques.
Si ha sido tocado tu mundo emocional y no te has elevado por encima del dolor, no te pasará nada más allá del recuerdo, y rechazarás todo lo nuevo. De este modo, rechazas desarrollar quién eres. Y rechazar el desarrollo de quien eres es rechazar la vida que eres.


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