La mente humana vive en constante movimiento, los pensamientos se suceden unos a otros utilizando al pasado y el futuro como referente para su incesante movimiento. La mente utiliza los pensamientos como un simple medio para trasladarse de un lugar a otro y siempre usando el presente solamente como la línea divisoria entre el pasado y futuro. Una mente en movimiento pierde su capacidad creadora y pasa a ser una simple máquina grabadora que archiva y deposita recuerdos.
En este inmovilizante estado de la mente donde los pensamientos se suceden sin cesar como caballos desbocados es imposible contactar con la capacidad creadora del ser humano.
Dice un antiguo aforismo hermético que "Dios comienza donde terminan los pensamientos humanos". Viviendo y centrándose en el ahora el movimiento se detiene porque la mente se detiene. En el aquí y ahora del presente no pueden existir los recuerdos del pasado ni proyectar pensamientos del futuro.
El momento que se está viviendo es todo lo que se tiene y tomar conciencia de él viviéndolo plenamente es necesario para comprender que lo que está ocurriendo ahora más allá de ser bueno o malo, entretenido o aburrido, es lo único que se está viviendo puesto que lo que pasó ya fue, pertenece a la región sin regreso del pasado, y lo que vendrá a ciencia cierta no se sabe y solo se puede especular al respecto.
Este mismo instante es el único químico verdaderamente existencial, no hay nada más, el pasado es solamente memoria, está solamente en la mente, es polvo acumulado, experiencias acumuladas. No hay pasado ni futuro en la existencia, la existencia es solo presente, el tiempo es solo un espacio interno.
Analicemos la mente y veremos que siempre se está moviendo desde el pasado al futuro y viceversa, los pensamientos siempre están trasladándose hacia los recuerdos del pasado o se desplazan a los deseos que solo habitan en un incierto futuro. Cuando la mente va del pasado al futuro o viceversa entonces emplea el momento presente, pero solamente como un medio para la mente el presente no es nada más que un nuevo nexo entre el pasado y el futuro, para la mente el presente no es realmente existencial, solamente es una línea divisoria desde donde puede desplazarse al pasado o al futuro.
La mente nunca está en el presente porque es incapaz de situarse en el, es imposible moverse en ahora porque en el presente no existe el tiempo, el presente siempre es un único instante, nunca se está en dos momentos al mismo tiempo, solamente se vivencia el instante, el tiempo es siempre presente, el pasado y el futuro pertencen a la mente, no al tiempo, al tiempo solamente le pertenece el presente.
La mente divide el tiempo, entonces todo lo dividido se convierte en el pasado y todo lo que se espera vivir se convierte en el futuro y solo lo que está transcurriendo se convierte en presente. Siempre se vive un solo instante y no es posible moverse en el, por este motivo la mente nunca emplea el presente, no puede hacerlo.
Un sabio dijo que no hay tiempo, solamente un eterno ahora, un aquí y ahora infinito.
Conseguir la quietud de la mente significa hacer un esfuerzo para vivir momento a momento, entonces se está en silencio, no hay agitación interior, ni movimiento ni oscilaciones internas, todo se convierte en un remanso de profundo silencio, donde la mente se conecta con fuente del Ser, viviendo un eterno aquí y ahora.
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