Reflexión del gato metafísico

Contenernos y no reaccionar ante la incomodidad que nos produce el carácter, los comentarios, las malas maneras o los estallidos emocionales de las personas con las que interactuamos en nuestro cotidiano así como no abalanzarnos hacia el gustazo que nos daría el demostrarles que se han equivocado y que tenemos razón, NO es nada fácil. 
La fuerza para sostener el impulso la encontraremos en la comprensión de que sea cual sea la sensación que estemos sintiendo, y que pretendemos evitar, ésta cambiará. Esta es la clave: la confianza en la constatación de la impermanencia y del continuo cambio de todo lo que sucede. Es una ley que siempre se cumple. Puedes, y debes, comprobarlo por ti mismo. Verdaderamente te ayudará.
El dejar de reaccionar o desarrollo de la ecuanimidad supone un salto cuántico. Un cambio sustancial en el estado de consciencia o de percepción en el que la atención se traslada de la mente al cuerpo; del relato mental al silencioso y directo percibir sensorial.
La vida se vuelve sencilla. A veces hay dolor. A veces hay placer. Pero al no haber pelea con lo que sucede, siempre hay Paz.


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