Los Chakras




La palabra Chakra como tal simplemente significa rueda. El cuerpo está formado por numerosas de estas ruedas, pero las más importantes son las siete que recorren la parte central de nuestro cuerpo. Estas ruedas no están situadas en el plano físico, sino que se encuentran en el plano astral o espiritual, pero seis de ellas están en estrechísima relación con varias partes de nuestro cuerpo de manera que se suelen poner en correspondencia con ellas, como ya iremos viendo en cada uno de los chakras. 


Todo en el universo está formado de energía y nuestro cuerpo no podría ser menos. Hay energía más densa, que es la material; y energía menos densa que podría ser la astral o espiritual. En el caso del ser humano estas energías están en completa relación y no pueden desligarse hasta la muerte. Los chakras, por tanto, son pequeñas puertas que ayudan a poner en contacto unas energía con otras. Debemos imaginárnoslos como una especie de antenas emisoras y receptoras de información. El problema comienza, entonces, cuando una o varias de esas antenas están estropeadas o reciben-emiten distorsionado. Es entonces cuando deben ser arreglados. 


Realmente, más importante que los chakras estén todos a la perfección, o como se suele decir, totalmente limpios; es que no estén desnivelados los unos con los otros, quiere esto decir que haya chakras más limpios que otros o que ni siquiera estén nivelados correctamente. 


El Chakra Raíz 

“Muladhara” es un término sánscrito formado por “mula”, que significa “raíz”, y por “adhara”, que significa “base”. Así pues, este chakra es el fundamento, la raíz y el soporte de la vida existencial en el Ser Humano. Desde un punto de vista evolutivo, esta base se considera una meta máxima para seres no tan desarrollados (menos desarrollados NO significa que sean inferiores), y eso queda constatado por el hecho de que subordinados a Muladhara se encuentran otros siete chakras primarios situados entre el cóccix y los talones (Atara, Vitara, Sutara, Talatara, Rasatara, Mahatara y Patala), que manifiestan el principio instintivo de: supervivencia, reproducción, existencia, conciencia vital (vegetal), abastecimiento, mineral y permanencia.

Muladhara es el chakra del mundo físico y sensorial. Conduce y unifica las fuerzas elementales de la tierra, así como orienta nuestros cinco sentidos arraigándolos en un solo canal. Sobretodo está muy ligado al sentido del olfato. La conciencia del primer chakra nos hace sentirnos cómodos, seguros y protegidos en el mundo con la fuerza creadora y la perseverancia necesarias para construir nuestra vida y establecernos en el mundo.

Muladhara manifiesta la necesidad de lógica, orden y estructura, y nos orienta en el tiempo y el espacio, aprendiendo que vivir consiste, entre otras cosas, en reconocer que todo tiene su lugar y su momento. A través del mundo físico, nuestra percepción es lineal y literal, así que nos movemos entre las apariencias porque el pensamiento lógico no alcanza a comprender el lado simbólico de la vida. El chakra basal también nos habla de la conciencia de grupo, del poder tribal y de la unión. Esta conciencia queda representada por la unidad familiar y el primer entorno social, y origina seguridad, confianza y estabilidad emocional y psíquica debido a su poder de cohesión. Es tan importante sentirnos parte de un conjunto o del Todo que las disfunciones familiares o del grupo más cercano a un Ser puede ser el origen de enfermedades mentales como la personalidad múltiple, el trastorno obsesivo-compulsivo, la depresión y los comportamientos destructivos como la drogodependencia. Es aquí, en este chakra, donde nacen los vínculos a la Vida, el respeto por el entorno y por todo Ser, el apoyo, el honor y la lealtad. La alegría de vivir nace aquí para luego acumularse en las reservas de los chakras secundarios de las rodillas.

Si este chakra se bloquea por hipofunción, observamos que aparece la inseguridad en el mundo; sentimos la vida como una carga; nos subimos a las nubes como escapismo para no afrontar nuestro camino; aparece la preocupación constante; nos sentimos desubicados; sentimos como estar fuera del tiempo presente y que no pertenecemos a ningún lugar o época; aparece al debilidad física, anímica, psíquica y de espíritu, y en ocasiones nos sentimos rotos o vacíos, o inclusive dejamos de sentirnos a nosotros mismos y no podemos conocernos.

Si Muladhara se bloquea por inarmonía, aparece la avaricia y la gula desmedidas, tratando de llenarse de todo para no ver nuestros vacíos, o de acaparar y poseer para esconder una inseguridad inconsciente; también aparecen las ganas de comerse el mundo con ambición, sin tener en cuenta el respeto o las consecuencias; tratamos de vivir apresuradamente sin percatarnos de los detalles; desaparece nuestra cohesión y nuestra integridad, volviéndonos seres muy susceptibles que constantemente se sienten heridos o atacados, y nuestra mente y nuestro corazón se fragmentan porque no pueden mantener unidas nuestras subpersonalidades bajo el mando de un Yo completo y fuerte.

Si el chakra raíz se ensucia y acumula negatividad, se generan miedos fundamentales como: el miedo a no sobrevivir; miedo al rechazo, al abandono y a la soledad; miedo a la pérdida de orden en la vida; miedo a desaparecer y a no ser nada ni nadie; miedo a ser atacado por el mundo o el entorno social; miedo a no pertenecer; miedo a movernos entre sombras y a que nada sea real.

El primer chakra actúa sobre columna vertebral, todos los huesos y cartílagos en general, los pies y las piernas, el recto, el ano, la próstata, las uñas, la sangre, y la estructura celular. Se asocia a las glándulas suprarrenales. Está relacionado con enfermedades como tumores, lupus, ciática, dolores crónicos en los huesos o los músculos esqueléticos, problemas circulatorios, diarrea, estreñimiento, colon irritable…

La Verdad Espiritual Fundamental del chakra Muladhara es “Todo es Uno, y Uno es Todo”.

Teresa de Calcuta nos lo recuerda con su frase “No soy más que una gota de agua de un océano inmenso… pero sin mí, a ese océano le faltaría una gota de agua”.

Cuando el primer chakra despierta es porque el Ser domina sus herramientas mundanas y se vuelve partícipe del Mundo hasta tal grado que incluso puede escapar a sus “leyes”. Así es como muchos yoguis han experimentado la levitación, o también explicaría por qué Jesús andaba sobre el agua. Sin embargo, el despertar puede liberar emociones y karma aún no sanados, sobretodo acerca de nuestra etapa infantil.




SWADHISTHANA (Dulzura) Chakra Sacral 




“Svadhishthana” significa “el hogar de uno”. Hace referencia a la Kundalini, que primero nace y vive allí para luego bajar al chakra Muladhara, por lo que su hogar original se encuentra en el segundo chakra. Hay un gran paralelismo entre esto y la migración de la sustancia testicular de los varones durante el embarazo, que los primeros meses se localiza en el interior del bajo abdomen y después va descendiendo de forma gradual para asentarse en la zona de la ingle; pero ya sabemos que la Kundalini y los órganos sexuales están íntimamente relacionados. Así pues, Svadhishthana y Muladhara están fuertemente vinculados, y a menudo para tratar los problemas de uno hay que tratar también al otro. De hecho, gran parte de los problemas fundamentales vitales tienen su origen en el segundo chakra. Este chakra conecta con el plano etérico y curiosamente el cuerpo etérico es casi una copia idéntica al físico, y lo que sucede en el etérico le ocurre al físico más tarde. Reiki actúa en todos los planos penetrando primero en el plano etérico.


Svadhishthana no es sólo la morada original de la Shakti, también lo es de la fuerza creadora, es la fuente de las pasiones y el hogar de nuestro Karma. Aquí se acumulan los tres tipos de Karma que tenemos, a pesar de que una parte queda almacenada en el Muladhara. Como el chakra sacro nos habla del reflejo oculto de lo físico en el etérico, también es la sede de las sombras, de los miedos primitivos y ancestrales, así como de lo subconsciente y de todo aquello de nosotros que escapa a nuestro control y dominio. Debido a su enlace con Muladhara y la tierra, permanece aquí la idea de grupo, pero Svadhishthana interviene más en el lado del inconsciente colectivo, y de las ideas y las emociones que, como el agua, fluyen entre los seres vivos.


Aquí es donde nace el instinto humano de relacionarse con el entorno y con cada individuo del grupo. Una de sus consecuencias es la idea de “trabajo”, pues el operar y manipular el medio circundante para servir a la totalidad del grupo genera una relación de intercambio que establece vínculos fuertes entre los individuos. El ser tantea, mediante esta relación, la dinámica de su entorno y de este modo establece su posición dentro del grupo. En algún momento de su vida, todo ser humano se pregunta quién es y qué lugar le corresponde en relación a los demás seres humanos o a las personas más próximas a él. Otra consecuencia es la necesidad básica de dominar nuestra vida, de conocer cuál es la frontera entre los demás y el individuo. Por eso en el plano etérico es donde se crea la protección psíquica para defendernos de las agresiones externas y poder así lidiar con el entorno. Una frontera psíquica mal definida es lo que nos lleva a manipular a los demás para conseguir nuestros objetivos, o bien ser humillados o esclavizados para no ser rechazados y poder seguir formando parte de algo (Lujuria). El impulso inconsciente que nace de todo lo anterior es lo que nos lleva en término final a la sexualidad como medio para percibir al otro y, de algún modo, encontrarnos también a nosotros mismos en perspectiva con relación a ese otro. Este contacto íntimo es el mayor intercambio de energía al que puede acceder el individuo que desea ser parte integrante de su entorno. Otra particularidad es la creatividad que surge en el momento en que el Ser desea usar o disponer lo mejor que lleva en su interior. También surge del inconsciente su poder renovador y regenerador, la capacidad para seguir adelante en la vida, el valor para arriesgarse y el saber tomar decisiones ante encrucijadas existenciales o vitales.


En cualquier caso, lo que se desprende del chakra Svadhishthana, tanto si viene del interior, como si es una herencia, como si viene de la interacción directa, es siempre lo que más nos hace crecer como seres sociales y relacionales, nos da el empuje más fuerte y potente. Después de ese paso, no queda otra salida que empezar a desarrollarse como conciencia individual separada del entorno.

Cuando este chakra se bloquea por hipofunción surge la frialdad; la falta de autoestima, el complejo de inferioridad creyéndonos incapaces o pequeños para hacer nada o para merecer nada, la inhibición y la timidez; no podemos lidiar con nuestro Karma que nos parece una bestia insondable que nos carga y ataca; aparece el victimismo y nos vemos como víctimas de la vida en vez de como creadores de ella; nos sentimos abrumados por la fuerza que adquiere un grupo social como si fuera un tiburón que nos fuera a comer; se genera el sentimiento de marginalidad; se origina la pereza, y perdemos los ritmos naturales y la capacidad para fluir con la vida; la vida y el trabajo nos resultan siempre una carga; no nos podemos acercar íntimamente a nadie (y mucho menos a nivel sexual); creemos no disponer de creatividad; no podemos abandonarnos al disfrute sensual de todo lo que la vida puede ofrecernos; surge la cobardía y la depresión. Como inciso, remarcar que la baja valoración ocasionada repercute en todos los ámbitos de la vida, también en la baja accesibilidad al dinero que es asimismo una energía de intercambio.

El bloqueo por inarmonía ocasiona la pérdida de ética y moralidad, o bien su deformación (por ejemplo, empezamos a usar etiquetas y a discriminar, o bien exigimos que se cumpla cierta regla pero para nosotros buscamos la trampa que nos exime de ella); nace la agresividad para atacar; surge la manipulación (Lujuria), el complejo de superioridad, el complejo de santidad, la ambición de poder, la represión y la hipocresía; germina la autonegación; hay una inadecuada canalización de la sexualidad (por ejemplo, la violación); se crea la necesidad de jerarquizar; hay falta de autenticidad; se descontrolan las pasiones y las fuerzas ocultas de la psique; se necesita imponer y dictar; nos volvemos sobreprotectores; puede degenerar hacia la malicia y la depravación; se deforma la percepción y la empatía (creemos recibir o sentir lo que en realidad no es).
La condensación de energía negativa en Svadhishthana es la causa de todas las fobias y miedos irracionales que podamos imaginar. También es la causa de todas las adicciones, ya sea de drogas, sexo, a las personas, al juego… Físicamente el segundo chakra se corresponde con la cavidad pélvica, la parte baja de la espalda, los genitales, los riñones, la vejiga, el intestino grueso, el apéndice, todos los líquidos corporales, y el sistema inmune. Su glándula asociada son los órganos sexuales. Las enfermedades asociadas son todas las que se comparten con el primer chakra, pero además: dolor en la parte baja de la espalda, trastornos ginecológicos o tocológicos, disfunciones sexuales, problemas urinarios, piedras en el riñón, apendicitis, problemas del sistema inmune…

La Verdad Espiritual Fundamental de este chakra es: “La Vida Fluye”. Y fluir en y con la vida es el mejor camino que nos lleva a un respeto mutuo entre todos los seres, al más armónico intercambio energético y al desarrollo de nuestras habilidades creativas y de relación social.

Es curioso notar que muchos yoguis comentan que cuando Svadhishthana despierta nos abrimos a capacidades de tipo telepático, radiestésico y empático, así como un aumento de la recepción intuitiva, de la comprensión del inconsciente y lo dual, y de la expresión emocional y creativa. Parece enfocado precisamente a la interrelación con el entorno. Es esencial en este punto recordar la necesidad de trascender lo aparente y lo dual para ver toda la creación como un igual, sin que ningún ser ni nada sea distinto (inferior o superior, ni mejor ni peor).

Despertar este chakra también puede desembocar en una liberación de traumas y Karma muy grande, más que en el caso del Muladhara, pues se trata todo el Karma que tenemos acumulado. A parte, se le asocian sensaciones fisiológicas como dolor en la frente.




Manipura (Gema Brillante) 


“Manipura” significa “lleno de joyas”. Es un centro de gravedad, pero de las emociones: en torno a el giran desde las más bajas pasiones hasta los más nobles y elevados sentimientos. Es la conexión con el Astral y, por ende, con nuestro sistema emocional. Es importante reconocer que es más bien una zona de encuentro entre todas las emociones; las causas provienen de los otros planos y eso genera en el Astral las emociones correspondientes como reflejo. Es erróneo, por lo tanto, tratar de controlar o cambiar las emociones, que son muy volátiles y dinámicas; lo que hay que hacer es ir a por las causas. Lo que sí es cierto es que en este chakra las emociones son procesadas: Manipura trata de digerirlas; luego las purifica, aunque no siempre lo consigue y por eso cuando algo emocionalmente va mal sentimos en el plexo solar una especie de contracción, de nudo o de dolor; si todo sale bien, las emociones son asimiladas como parte de nuestro enriquecimiento para nuestro crecimiento evolutivo. El proceso emocional del Manipura es un reflejo del proceso de digestión de los alimentos. 

En cuanto a la luz propia se refiere, en Manipura es donde se configura la personalidad. Un Yo sano se caracteriza, como se dijo anteriormente, por tener un cuerpo astral uniforme. Un recuerdo asociado a una emoción intensa o reiterada hace que una parte del astral se densifique y deje de unificarse con el resto. Cada fragmento desea ser atendido porque las emociones pertenecen a la Libertad y necesitan moverse y ser aceptadas. La personalidad que no puede unificarse tampoco puede desarrollarse como ser pleno e íntegro. Estamos hablando del Ego. Durante una sesión Reiki la energía produce una entrada de Amor que es el pegamento que permite unificar y elevar la vibración del astral, ayudando en la purificación del Manipura. En un Yo sano se desarrolla la identidad y el Ser se experimenta a sí mismo ya no sólo como parte de un todo, sino también como individuo que existe por sí mismo. Como consecuencia aprende a manejar su poder personal, se autoafirma y trabaja la estima propia. En el tercer chakra se da todo el proceso de autocomprensión y aceptación, así como de autodisciplina, caracterización y respeto por uno mismo. El resultado es la plenitud y la madurez. 


El bloqueo de Manipura depende del bloqueo de los chakras inferiores. Si el segundo chakra se bloquea por hipofunción, entonces el tercero hace lo mismo. Así es como sucede que nos volvemos inexpresivos y nos apartamos de las emociones para cerrarnos en la mente; las emociones no son procesadas, por lo tanto seguirán fragmentadas y muy inestables; se impide el encuentro con las energías más sutiles y los sentimientos elevados, por lo que sólo podemos abandonarnos a nuestro dolor, nuestra tristeza, nuestros miedos… y a todas las emociones negativas de las que se sirve el Ego para justificar su existencia; no se asimilan las vivencias y por eso no podemos aprender de ellas y nos frenamos el crecimiento personal (aquí hay una especial conexión con el chakra Ajna); al no poder conectar con las emociones nos sentimos incompletos; el Ser no se conoce, no sabe quién es, y se siente perdido; disminuye la autoestima y con su poder personal no es capaz de atraer las situaciones de abundancia que requiere; se pierde la voluntad con uno mismo, se deja de creer en sí, y no nos aceptamos tal y como somos; por último, no cortamos nunca el “cordón umbilical” que creamos con aquellos con los que interactuamos, así que nos abandonamos a la dependencia. 


Cuando Manipura se bloquea por inarmonía necesitamos conquistar la vida y rebelarnos constantemente con lo establecido para así demostrar que somos dueños de nuestra vida y que en ella mandamos y tenemos autoridad; las emociones se encuentran pero no conectan ni se funden, sino que existe una lucha entre ellas; la frontera de nuestra libertad individual se ensancha invadiendo la libertad individual de los demás; tratamos de brillar más y por encima del resto aunque les quememos, y pretendemos ser el centro constante de atención y el centro de gravedad del mundo; el Ser se vuelve esclavo de sus emociones, sobretodo de las más densas y negativas; aparece la terquedad y el rechazo porque digerir y purificar lo vivido nos resulta demasiado violento (también conduce al autorechazo); se potencian y clarifican aún más los fragmentos astrales en vez de disolverse y uniformarse; se pierde la integridad y la razón; se da paso a la negación; los conflictos no se solucionan, como mucho se busca el escapismo y la huida; el “cordón umbilical” se refuerza y tratamos de retener a los demás a través de él aunque conscientemente los estemos rechazando. 


La acumulación de negatividad en Manipura produce: el miedo a existir y devenir; miedo a que otros queden eclipsados por nosotros; miedo a que nuestras emociones puedan herir a los demás; miedo a ser elegido o destacado por las propias virtudes en detrimento de los demás, o a ser juzgado, criticado y desvalorizado en favor de otros; autocrítica, autorechazo, culpabilidad y sensación de suciedad emocional y psíquica; miedo a la injusticia de cualquier tipo, ya sea humana, natural o divina. 


La parte corporal que se asocia al tercer chakra es todo lo que tiene que ver con el aparato digestivo (estómago, vesícula biliar, intestino delgado…), el hígado, el páncreas, el bazo, la cavidad abdominal y la parte media de la espalda. La glándula asociada es el páncreas. Las enfermedades comunes al tercer chakra son: úlceras gástricas o duodenales, afecciones intestinales, pancreatitis, diabetes, piedras en la vesícula, indigestión (que puede ser crónica o aguda), hepatitis y disfunciones hepáticas, anorexia y bulimia. Es muy común que, al ser Manipura un chakra que se bloquea por reflejo de los chakras inferiores, también haya que tratar éstos. 


La Verdad Espiritual Fundamental de Manipura es: “El Ser Es Luz”, y lo es en cualquier plano y lleva (o “porta”) esa luz consigo allí donde vaya. En Reiki se toma conciencia de esto, y por eso somos Portadores de la Luz. El despertar del Manipura se caracteriza por ser perfectamente conscientes de quienes somos como individuos y por poder trascender el Ego, de modo que el camino a la Realización se torna una senda mucho más fácil. El caos emocional desaparece por completo y nos volveremos seres luminosos, serenos y con un gran sentido de la justicia. Se le considera el trayecto a la felicidad y se le asocian virtudes como la capacidad para encontrar tesoros ocultos (atraer la abundancia), y la capacidad para ver dentro del cuerpo o ver otras realidades (clarividencia, visión astral). Su despertar puede ocasionar calambres, sensación de fuego en el abdomen y mareos o aturdimiento. 



Anahata (Imbatido) 


Anahata” significa “imbatido” o “inquebrado”. Hace referencia al Amor, que todo lo une, lo fusiona, lo cohesiona y lo armoniza. Este chakra nos habla de su plano correspondiente, el mental, donde se encuentran y se unen los pensamientos y las emociones, donde el Ser puede sentir que no sólo está en contacto consigo mismo, sino también con el Universo (con el cual se crea una relación íntima de complicidad). En este chakra se pierde por completo el sentido de la dualidad y las diferencias. Tanto el cielo como la tierra se perciben como caras de una misma moneda y se ven como lo mismo. Esta trascendencia, o esta aplicación de la Correspondencia, es lo que hace que en este chakra el símbolo tenga tanto poder y sea la base del Reiki. Se debe a que al trascender todo aquello que separa, y al concebir el Universo como una sola unidad, todos los planos existenciales quedan integrados en una sola realidad, y tanto el pensamiento, como la forma, como la energía se ven como la misma manifestación, de modo que aquí un símbolo desencadena su poder por el mero hecho de existir, al igual que lo hará un pensamiento o una emoción. 

Este hecho significativo queda representado por el árbol de los deseos que aparece en el loto de Anahata, como cualidad de cumplirse lo que se piensa y desea. Como portador del Amor y la Armonía, este chakra es el que nos da la capacidad para transmitir energía y sanar, porque somos Uno con la Energía, somos Uno con la Armonía… y porque somos Energía y somos Armonía. Además, el Amor tiene un componente transformador: cuando las emociones y las bajas pasiones se encuentran con el Amor en un cuarto chakra limpio y desbloqueado, éstas no solo se unifican y se disuelven sino que pasan a ser una única vibración emocional armónica a la que llamamos Compasión; del mismo modo, el Amor neutraliza la negatividad, y devuelve todo a su estado original, donde el Dios que hay en nosotros se manifiesta. Con el Amor, la carga emocional es comprendida además de liberada. Este entendimiento que no sucede en la mente sino en el corazón es el Perdón. El corazón comprende porque con el Amor no existe la dualidad y no hay forma de ver las emociones y las experiencias como buenas o malas, como dañinas o agradables, y a verlas tal cual son (es decir, que simplemente son) pueden ser aceptadas. Sin embargo, el entendimiento emocional no se limita a lo que sentimos internamente sino que abarca también la percepción de todo lo que nos llega desde fuera. Un Anahata sano nos sumerge en un estado de buenaventura y optimismo constantes, una paz interior basada en una confianza espiritual singular, y la percepción de que todo cuanto acontece se desarrolla según un plan divino que sitúa los sucesos como benefactores aunque sea en una instancia última.

Al contrario de lo que muchos piensan, el Amor no es ciego ni ciega a las personas, sino que nos da los ojos del que ve la Realidad tal y como es. Por eso el Amor nos hace humildes, porque disuelve todo tipo de pedestales y de juicios situándonos en el lugar que nos corresponde. El chakra cordial nos hace apreciar la Belleza que hay en todo. Anahata nos recuerda un poco a Muladhara porque quiere recuperar la noción de grupo. Ahora ya no se trata de formar parte de un todo para asegurar nuestra subsistencia física, sino que lo que hace es concienciarnos de que en una realidad última todos los seres somos Uno en el Amor. Por eso el cuarto chakra despierta la necesidad de tomar contacto con las personas, no para formar un conjunto social sino para llegar a ser una unidad cósmica. Anahata, asimismo, despierta en nosotros el ímpetu por servir desinteresadamente a los demás. A veces, cuando no comprendemos por qué necesitamos hacer un bien a alguien pero nuestro corazón nos empuja a ello, nos parece como si le debiéramos algo a esa persona; en última instancia sucede que en realidad nos lo debemos también a nosotros mismos. No hay nada más hedonista que darse a los demás. Esta entrega es lo que denominamos Caridad. Anahata nos introduce también en el lenguaje del Silencio, o tal como dirían los yoguis: al “sonido que hacen dos cosas sin chocar”, refiriéndose también a la palabra “imbatido” que significa Anahata; de modo que dos seres se pueden comunicar de corazón a corazón y, a través de él, de Alma a Alma, sin necesidad de las palabras. No es el Silencio que anuncia ausencia de vibración sino que de algún modo es el estado en el que todo habla y podemos oír incluso lo que nos parece que no podría habar (como las rocas, los árboles, los animales… tal como hacen algunos indios americanos). Por eso en meditación una posición básica es el Gassho en el chakra cardíaco, porque ahí estamos receptivos y todo se centra y se une. 

Cuando Anahata se bloquea por hipofunción, una de las cosas que observamos es que perdemos esa conexión con nuestra Alma y no podemos oír a nuestros sentimientos y nuestro corazón, aunque estén ahí gritándonos; no somos capaces de dar o de exteriorizar nuestro Amor (tal vez ni siquiera sepamos lo que es si no lo hemos recibido nunca de pequeños), como también nos cuesta estar receptivos a él aunque en el fondo somos dependientes del amor de los demás; no conocemos la paz interior y, de hecho, sólo se conoce el estado de inquietud, miedo y preocupación; se pierde la Esperanza; al no estar en sintonía con el Universo nos sentimos víctimas de él y del plan divino; no vemos el modo de cómo podemos hacer algo por los demás, y mucho menos por uno mismo (nos relegamos a un plano inferior); confundimos humildad con inferioridad y con el ser felpudo; dejamos de creer en el poder de nuestros deseos, por lo que dejamos de soñar y de desear; tampoco podemos manifestar el poder de aquello en lo que confiamos, y así con lo el tiempo se pierde la Fe y la Confianza; no se ve nunca la luz al final del túnel, sino que todo nos parece una cárcel de oscuridad; nos cuesta abrirnos por temor a que nuestro corazón quede herido, así que se rehuye el contacto con las personas a pesar de que eso nos atrae. 


Con el chakra cuarto bloqueado por inarmonía aparece el amor condicionado: “yo te expreso mi amor si cumples unas condiciones, si no, entonces eres indigno de mi amor y te guardo rencor”; habitualmente somos generosos y hacemos un servicio, pero no es desinteresado porque en el fondo se persigue el reconocimiento, que nos adulen, o que nos devuelvan lo dado en la misma medida o más y así les hacemos sentir endeudados, igual que si alguien hace algo por nosotros entonces nosotros nos sentimos endeudados; no se persigue la fusión entre el pensamiento y las emociones, sino que se intenta imponer uno sobre el otro, así que cuando el que queda en inferioridad decide rebelarse entonces nos sorprendemos (es lo que pasa cuando alguien va por ahí soltando sus emociones y de repente le traumatiza encontrarse con la luz de una verdad o de un pensamiento lógico que no quería ver, o cuando se racionaliza todo y luego esa persona se da cuenta de que tiene emociones y no puede controlarlas); nos resistimos a recibir del Universo y a formar parte del plan divino porque creemos que con nuestra voluntad individual es suficiente; no paramos de desear, emitimos deseos que no van a ningún sitio porque no son anhelos profundos del corazón; se cree equivocadamente que las virtudes como la humildad se consiguen imponiéndolas por la fuerza y aleccionando en vez de predicar con el ejemplo; queremos que nuestros sentimientos sean comprendidos sin tener que comprender nosotros a los demás; nos volvemos perdonavidas aunque no entendemos por qué actúan las personas como lo hacen; creemos ver la Belleza donde no está, y nos engañan las apariencias cayendo en la trampa de la superficialidad y de lo “políticamente correcto”; necesitamos que los demás sean dependientes de nosotros para poder seguir sintiéndonos útiles; no sabemos donde empieza el egoísmo y dónde acaba la autoestima y la caridad propia, o bien tenemos una visión deformada de lo que supone cada cosa; no podemos vivir sin el ruido por temor a lo que pueden decirnos nuestro silencio interior y nuestra conciencia. 


Cuando Anahata acumula negatividad nos volvemos presa del Rencor, el Odio y la Envidia. Todo eso son manifestación del Miedo, entendiéndose no como una fobia sino como a la mayor desarmonía que existe y que es capaz de separar y destruir cualquier cosa. El que tiene un Anahata viciado es portador de ese Miedo. También aparece el temor a la soledad del Alma, aser olvidados por el Universo, y como consecuencia surge también la desesperación. El cuarto chakra se relaciona directamente con la parte superior de la espalda, los pulmones, los pechos, la cavidad torácica, el corazón, el sistema circulatorio, los omóplatos, los brazos y manos, y la piel. La glándula asociada es el timo. Se le asignan las enfermedades cardíacas, los infartos, las alergias, el asma, además de cánceres correspondientes (pulmón, mama…). 


La Verdad Espiritual Fundamental del chakra Anahata es: “Dios es Amor”. Amar es hacer uso del poder divino. Y es tan divino el Amor que incluso nos intimida tanto como nos atrae. Realmente es toda una prueba de valentía y voluntad dejarse llevar por el Amor y ser su fiel Servidor. 

Con el despertar de Anahata aparecen virtudes como la elocuencia, sanaciones milagrosas, expandirse hasta ser Uno con el Amor Universal, y la realización de los verdaderos deseos del corazón. 

También se le asocia la psicoquinesis (telequinesis). Su despertar puede ocasionar taquicardias. 



Vishuddha 

Vishuddha” significa “purificacion” o “purificado”, y viene de la palabra “shuddhi” que significa “purificar”. Nos recuerda un poco a la funcionalidad del Manipura para purificar las emociones, pero Vishuddha se encarga de purificarlo todo, también el pensamiento y todo lo que recibimos de fuera y lo que emanamos hacia el exterior. De hecho, a menudo, al tratar el chakra Manipura sentimos como si Vishuddha sobreactuase o algo tirase de él, porque a veces por sí solo Manipura no puede con las emociones y necesita de la ayuda del quinto chakra. Como es un chakra que está a medio camino entre la cabeza y el corazón, por un lado hace de puente o “canal” para que las ideas y la energía superior bajen y se encuentren con las emociones, y por otro lado, al purificar, ayuda a expresar lo que pensamos y sentimos del mejor modo posible. La elocuencia que se consigue con Anahata tiene su origen aquí. Por eso se le conoce como el centro de la comunicación y la autoexpresión. Y por eso regula también nuestra capacidad como canal. 


Debido a su conexión con el plano causal, tenemos que la purificación se debe a su capacidad para cambiar o elevar la vibración de todo. Este cambio vibratorio tiene su máxima expresión en el sonido, la música y el canto. Vishuddha nos recuerda que todo es vibración, que la energía sigue al pensamiento por contagio vibratorio, y que el Silencio (el “sonido inaudible”) es el lenguaje del Universo y la trascendencia de todos los sonidos, algo así como que la luz blanca incluye en sí todos los colores. En este punto, el quinto chakra tiene un fuerte vínculo con Anahata, pero se distingue de él en que con Anahata se alcanza a “oír” (o sentir) que todo habla y se comunica entre sí, mientras que Vishuddha oye todo desde la percepción auditiva, incluso el sonido que hace una semilla al germinar. 


Este chakra también es el que nos da el entendimiento de cómo operan las leyes universales y cómo se hace uno partícipe de ellas. En general, es el chakra que permite asimilar la información y poder actuar en consecuencia. Por ello, Vishuddha es el chakra del aprendizaje. Y por el hecho de actuar, operar y regir en aquello que se entiende y conoce, también es el chakra de la Voluntad. A este nivel, el Ser elige, ya no por supervivencia, sino desde un estado que trasciende toda su Vida y mira más allá, donde se encuentran las causas y las consecuencias de todo. Cuando el Ser participa completamente en el funcionamiento del Universo y no vemos ninguna diferencia entre su voluntad y la voluntad universal decimos que su Voluntad es Una con la Voluntad divina (o que hace la voluntad de Dios), y el Ser se acerca al estado de Santidad que es la pureza máxima y el encuentro perfecto con los planos superiores. 


Aquí nace el concepto de “Autoridad”. Esta palabra viene del latín “ auctorites” que tiene como raíz “auctor” que significa “autor, causa o responsable”. Por lo tanto, Vishuddha nos habla de nuestra autoridad no como seres que imponemos sino como seres que respetamos y somos responsables; además, está muy lejos del victimismo porque Vishuddha nos ayuda a ponernos en el lugar adecuado como seres divinos creadores (somos la causa de lo que sucede en nuestra vida) que se responsabilizan de sus propias acciones. También nace el concepto de Justicia Divina, que es la aplicación en sí de las mismas Leyes. Esto es esencial para comprender que ni Dios ni el Universo nos castigan ni nos juzgan, sino que nosotros recibimos según hemos hecho; así, los jueces y los verdugos somos nosotros mismos, y el purgatorio no es más que ser enfrentados con nosotros mismos para responder de nuestros actos. Por eso con un Vishuddha bloqueado no podemos liberarnos de nuestra culpabilidad o nos tratamos injustamente. Éste es otro punto: la justicia que se deriva del Vishuddha nada tiene que ver con el trato interpersonal que se deriva del Manipura. No implicamos a terceras personas, sino que se trata de nuestra relación con la Vida, el Universo y Dios. 

Cuando el Ser decide unificar su Voluntad a la universal se adquiere con el tiempo un grado supremo de Confianza, lo que también llamamos Fe. Con esto se alcanza la más elevada posición de Poder Espiritual. 

Cuando Vishuddha se bloquea por hipofunción no podemos purificar las sustancias que nos envenenan (como el tabaco, los metales pesados, los químicos…) y entonces se acumulan toxinas en nuestro cuerpo; al no poder limpiar la mente predomina el estado negativo y el ruido de la mente que impide concentrarnos o nos dificulta la meditación hasta el punto de sentirnos ahogados (por eso un recurso frecuente que se aplica para mejorar el estado mental es transmitir todos los pensamientos a un folio de papel o libreta y así uno se descarga de peso psíquico); aunque tengamos una frontera psíquica fuerte y bien definida gracias al segundo chakra, no podemos hacer frente a la energía negativa que nos llega desde fuera porque no la podemos limpiar o neutralizar antes de que llegue, y eso nos hace vulnerables a la voluntad de los demás; aunque nos abramos a nuestro Karma mediante el conocimiento de los chakras inferiores, no nos podemos liberar de él sin pasar igualmente por las consecuencias ( Karma no-flotante ); no hallamos el modo de comunicar lo que sentimos o la información que tenemos y nos volvemos tímidos e inexpresivos, o bien nos vemos buscando las palabras adecuadas todo el rato; no tenemos capacidad para conectar con los planos superiores y canalizar, o bien está muy mermada; creemos que no podemos hacer nada para cambiar las cosas; tenemos problemas de aprendizaje y para asimilar y retener la información; vamos perdidos creyendo que nosotros jamás comprenderemos el porqué de las cosas; actuamos como seres sin voluntad y víctimas de la vida, o bien creyendo que por naturaleza somos pecadores y seres impuros; no podemos hacernos cargo de nuestras acciones y nos abruma el vivir por no poder responsabilizarnos; no confiamos y perdemos la Fe. 


Cuando el chakra quinto se bloquea por inarmonía nuestro metabolismo es mucho más acelerado y a nivel psíquico, hagamos lo que hagamos, contribuimos a generar ruido en la mente, así que necesitamos mantenernos ocupados constantemente para no sucumbir al ritmo frenético del pensamiento; lo tóxico y la energía negativa, si consigue pasar nuestras defensas, actúa mucho más deprisa y con mayor efectividad; se sobreexcita el chakra Manipura; al hacer de canal recibimos la información distorsionada; cuando expresamos algo u oímos de los demás, los pensamientos y las emociones están mal procesadas y, o no se comunica de forma adecuada o con reacciones desajustadas, o bien se malinterpreta lo que nos llega e incluso nos parece oír cosas distintas a lo dicho en verdad; aparece la verborrea y la excesiva expresividad (incluyendo la expresión corporal); vamos por ahí creyéndonos la causa de todo lo que ocurre en el mundo; nos volvemos impulsivos al actuar y al decidir; creemos estar por encima de las leyes de tanto que las conocemos, y poder mandar sobre ellas sin consecuencias; tenemos que ir poco a poco en el aprendizaje porque de tanta información que recibimos nos bloqueamos, aunque a veces creemos estar capacitados para devorar información; la voluntad cambia rápidamente entre estados de ser voluble o de ser intransigente sin conocer el equilibrio entre la Severidad y la Misericordia; nos cerramos en banda y nos volvemos tozudos; el Ser no cree necesitar unificar su voluntad a la voluntad divina porque la suya propia está por encima; el Ser se vuelve irresponsable y actúa sin medida, incluso pudiendo llegar al autoritarismo (su autoridad es la única y debe imponerse); para nosotros el Universo siempre es injusto así que debemos imponer justicia tomándola por nuestra mano; nos volvemos intolerantes y cargamos nuestra culpa a los demás o a los hechos puntuales en vez de aceptar nuestra parte de responsabilidad; por último, no hay nada en lo que creer, en lo que tener Fe, ni existe Dios, ni el Universo opera de nuestra parte, ni la energía es inteligente y ni se puede confiar en la bondad y la sinceridad del ser humano. 


La negatividad en Vishuddha nos lleva al camino de mano izquierda, de la mala voluntad. Nuestra palabra es la mentira y la manipulación. Nos convertiríamos en la encarnación del puro Mal, sin traumas, sin caos, ni miedos, tal vez (y sólo tal vez) por placer aunque lo más probable sería que no necesitáramos causas ni excusas. Aun así, el extremo máximo de negatividad no lo alcanza nadie, ni Aleister Crowley, ni Hitler, ni Hanníbal el caníbal, pues siempre se esconde un miedo, un trauma no solucionado, o alguna inestabilidad psíquica o emocional que indica la presencia de una semilla de Luz que está desmontando los esquemas. 


Vishuddha actúa sobre la garganta, las cervicales, los hombros, los maxilares, el aparato del habla, el sistema respiratorio, el hipotálamo, la boca y los oídos. Su glándula asociada es la tiroides, junto con la paratiroides. Las enfermedades comunes a este chakra son: problemas fónicos y tartamudeo, problemas respiratorios, ronquera, irritación de la garganta, úlceras bucales, laringitis, dolores en los hombros que puede derivar en escoliosis, inflamación de los ganglios, trastornos tiroideos, otitis y afecciones de oído, y cretinismo (retraso mental que acompaña a problemas de pronunciación). 


La Verdad Espiritual Fundamental del quinto chakra es: “Santidad es Poder Espiritual”. La pureza del Ser es lo que mejor entrena al Espíritu y desarrolla la Fortaleza Interior, por eso hay quien realiza prácticas de ascetismo para reforzar su voluntad. Santidad significa pureza, sinceridad, bondad, conmiseración… 


El despertar de Vishuddha trae consigo la unificación con el Yo Superior. Además, se desarrolla la telepatía con dimensiones superiores de cada Ser, la clariaudiencia, la indestructibilidad, la supervivencia sin comida ni bebida, la trascendencia del tiempo y el espacio (por lo que uno puede ver el pasado, el presente y el futuro como manifestaciones simultáneas de un Eterno Ahora), el estado de vacuidad, la comprensión plena de la Ley y el Círculo, y la capacidad de trabajar con Karma flotante (actuar quedando libre de Karma sin necesidad de pasar por la consecuencia obligatoria). Puede provocar temporalmente algunos problemas respiratorios o de garganta. 




Ajna (El Sabio) 

Ajna” significa “saber, seguir, mandar”. Por un lado, es el chakra de la Sabiduría. Está conectado al cuerpo crístico, por lo que es el centro receptor de la Verdad. Puede trascender todos los planos y llegar a la Idea original que se esconde detrás de cada manifestación de la energía y comprenderla como si algo se iluminara en nosotros, lo que llamamos “tomar consciencia”. Normalmente, la Sabiduría se gana con la vivenciación, porque la experiencia vital es la que abre la consciencia a distintos grados de ‘verdad’, sin embargo con el uso de Ajna se puede obviar ese paso básico y dar un salto de gigante hacia la Verdad Fundamental a la que nos conducía nuestra experiencia vital. Es distinto el entendimiento racional que se consigue con Vishuddha que la Consciencia o entendimiento espiritual que se desprende de Ajna. Este chakra consigue convertir el Conocimiento en Sabiduría. Ajna nos lleva también hacia la unión con la Conciencia Cósmica, por eso su desarrollo conlleva abrirse a nuevas percepciones y a una intuición esencial del Universo en la que conocemos todos los planos y podemos portar esa Sabiduría a los planos inferiores. No basta, pues, un Vishuddha que permita conectar con los planos superiores e interpretar lo que recibe, sino que también hace falta un Ajna que disponga de esa información y la transmita. 


El sexto chakra “sigue” la Verdad allí donde esté, por eso se dice que es el chakra que permite distinguir la Luz entre las sombras, o discernir entre la falsedad y la veracidad. Por eso es importante el trato de la cabeza y el chakra Ajna antes de tratar cualquier chakra inferior, porque gracias al Ajna cada bloqueo que se libere, cada emoción negativa, cada trauma puede ser visto por unos ojos capaces de adquirir la experiencia positiva y enriquecedora que hay ahí oculta y tomar conciencia de la Vida. Además, Ajna es rector: toda la luz que es capaz de percibir la dirige automáticamente a los planos inferiores para el bien del Ser, que gracias a ella se libera de sus rincones más oscuros, eleva su vibración y disuelve el Karma convirtiéndose en un ser de Karma flotante. Por eso el que busca y encuentra la Verdad ya no se ve atado a su pasado y se siente libre en todos los aspectos de su existencia. Ajna gobierna las vibraciones energéticas inferiores y las dirige elevándolas para unificarlas en un solo patrón de vibración superior. Trabajar el chakra Ajna es despertar el Ser Sagrado que hay en nosotros. 


Ajna puede bloquearse por hipofunción, y en ese caso no podemos abrirnos a todo lo que hay más allá de lo que nos cuentan nuestros cinco sentidos primarios; nos quedamos con ciertas conexiones lógicas y abarcamos únicamente la comprensión (o no) del mundo material, y es aquí donde nace el agnosticismo, que no sabe y no contesta; no se pueden reconocer las verdades espirituales porque son fácilmente confundibles, o bien no podemos falsar ni verificar la información que nos llega; tampoco podemos ver nuestra propia luz; no se aprenden las lecciones porque el Ser no puede asimilar la información de la experiencia vital, y por ello nos condenamos a repetir patrones vivenciales; no se es capaz de ver el trasfondo de las coincidencias ni ver a dónde nos encamina la vida; no nos podemos abrir a la sabiduría interior; tampoco nos podemos conocer porque el Ser no puede ver hacia dentro; se percibe al mundo como un lugar de sombras que oculta sólo verdades parciales; se intenta encontrar la Verdad en el exterior sin percibirse uno mismo; uno se siente atado a las cadenas de la vida (sociedad, trabajo, hogar…) como algo imprescindible creyendo que no hay posibilidad factible ni productiva de existencia sin esas ataduras; no maduramos a ningún nivel. 

Con Ajna bloqueado por inarmonía aparece la excesiva racionalización de las cosas, así como también el escepticismo científico que no puede o no quiere entender que hay mucho más de lo que abarca su raciocinio; posiblemente se tenga un alto sentido de la lógica pero no puede trascenderse para ver entre líneas; el Ser vive exclusivamente a través de su intelecto; sólo se reconocen las propias verdades; se persigue demostrar la verdad de uno mismo o convencer a los demás de ella; nunca se satisface uno intelectualmente; se puede distorsionar la percepción de la luz y de la sombra (sobretodo las propias); el Ser puede ser un gran conocedor pero no un sabio, y a menudo su “sabiduría” se basa en lo que memorizó de los libros sin que eso se haya convertido en conciencia ni en experiencia vital; puede agarrarse a una falsedad como si fuera una certeza; se cree haber aprendido de la vivenciación pero sólo se ha recibido un mensaje negativo y el Ser no ha adquirido nada que realmente pueda ayudarle a crecer, sino tan solo a bloquearse más; se es inmaduro creyéndose maduro y con potestad para juzgar las verdades de los demás como si fueran más infantiles o menos reales; la información que se “aprende” se retiene y no se desea hacer a los demás partícipe de ella por considerarse demasiado valiosa, o al menos no la comparte fácilmente y con ello se ata a su conocimiento y no es un ser libre. 


Cuando Ajna tiene densidades negativas, el Ser tiene miedo de reconocer la Verdad; aparece el miedo a entrar en otros mundos y ver más allá; se teme a la propia oscuridad y a mirar dentro de uno mismo por pánico a que lo que se vea no nos guste, nos duela o pueda destruirnos; también se teme a la propia luz, sobretodo por no saber qué hacer con ella; se teme al juicio sensato y realista y se tiene miedo de abandonar nuestra estructura de pensamiento; nos da miedo compartir lo que sabemos por miedo a las consecuencias (se cree que eso puede rebajarnos, le puede dar poder a otra persona, o puede menguar nuestra sensación de seguridad). 


Ajna actúa sobre los senos paranasales, el cerebelo, el sistema nervioso central, la nariz, los oídos y los ojos. Su glándula asociada es la pituitaria (hipófisis). Está relacionado con enfermedades como el tumor cerebral, las cefaleas y los trastornos neurológicos, la pérdida de visión y de oído, los problema de columna vertebral (junto con Muladhara), epilepsia, pérdida de dirección en la vida, trastornos mentales, trastornos del crecimiento, problemas de la melanina en la piel (receptores de luz), y shock endotóxico (parálisis metabólica como respuesta a la contaminación negativa que produce una infección). 


Su Verdad Espiritual Fundamental es: “ La Verdad hace Libre al Ser” 


El despertar de este chakra se caracteriza por el estado de Iluminación que alcanza el Ser. También se pueden desarrollar la clarividencia y la premonición, y se adquiere la comprensión y la liberación del Karma más allá de lo personal, por lo que abarca también toda la historia de la humanidad (por eso el despertar de un Avatar en la Tierra siempre es causa de un empuje evolutivo posterior). Físicamente, durante los momentos previos al despertar se puede percibir un cosquilleo en la frente y es posible llegar a “ver” una especie de niebla que en ocasiones está coloreada de índigo. 




Sahasrara (Corona) 

“Sahasrara” significa “Los Mil Pétalos”. Es el único chakra cuyo nombre hace referencia a la percepción oriental de ver los chakras como flores de loto. El loto es un tipo de nenúfar (flor de agua), y a pesar de que el tallo está sumergido, tanto dispone de una flor que se abre al Cielo, como dispone de unas raíces fuertes que lo arraigan a la Tierra. Para los sabios es símbolo del equilibrio que se logra en el Ser Humano que se realiza en la Tierra. Cada chakra, como hemos visto en los textos del Shat-Chakra-Nirupana, tiene asociado un número de pétalos, pero Sahasrara tiene considerablemente más, porque a pesar de todos los dones que puede recibir un Ser iluminado, no tiene comparación con lo que de verdad es un ser realizado. A la Realización normalmente se le llama también ungimiento o “christos”, porque supone estar rociado o impregnado con la gracia divina. Cuando el Alma cumple con su propósito en la tierra entonces el Ser se realiza. Todo Ser tiene una semilla en sí de la conciencia crística, pero solo germina cuando el Alma puede alumbrar por completo.

Con el estudio de los otros chakras hemos visto una progresiva evolución del Ser, desde lo más mundano, pasando por el Amor, hasta la vinculación con el Universo, sus leyes y la apertura a la Sabiduría Universal. De algún modo, aunque nos prestemos a la intuición y a la emoción, hasta ahora predominaba una visión más o menos mecanicista del mundo. Sahasrara es el fin de esta visión y el principio de algo muy distinto, al igual que lo representa Muladhara en el cambio del Ser puramente biológico hacia el Ser Humano. Aquí se toma conciencia de la Espiritualidad, y la palabra “Todo” se queda muy corta para definir la realidad última que subyace al Universo, y ni siquiera tiene sentido hablar de energía consciente. Usui llamaba a eso Shinki, porque aunque nos suene mal la palabra “Divinidad” es lo que más se acerca a esa descripción. Es la diferencia básica entre un Buda y un Cristo: el Cristo siempre estará cerca de una realidad espiritual mientras que un Buda puede ser ateo.

El Ser toma conciencia plena de su Alma y, posteriormente, a través de ella toma conciencia del Espíritu, la chispa de dios que hay en todos. Aquí regresamos a la Idea de que el Todo está en el Uno y el Uno está en el Todo, pero en una octava superior (y así es como se manifiesta nuevamente la Ley del Círculo). Ya no nos vemos como seres humanos que tienen (o no) vivencias espirituales, sino como seres espirituales que tienen vivencias humanas. Este chakra nos mueve instintivamente hacia el uso de la Oración, porque es el método de comunicación íntima con lo divino. Recordemos que para Usui la Oración era tan importante que constituía su segundo pilar fundamental en su sistema terapéutico y de atajo hacia la Realización. Por eso se nos cuenta también que “no sólo de pan vive el Ser”. Literalmente, esta conexión con Dios nos puede alimentar y mantener vivos. Los yoguis cuentan que dentro mismo del Sahasrara hay un punto llamado Bindu que segrega una energía sutil de ‘gracia divina’ o ambrosía que una vez queda purificada por el chakra Vishuddha nos da la inmortalidad, la eterna juventud y el vivir sin alimento material, virtudes asociadas al despertar de este chakra quinto. Ahora queda evidente que ningún chakra puede despertar si no hay una comunión y consagración con lo divino, y que el chakra Sahasrara es imprescindible para la aparición de todos esos dones y virtudes. Todo está interconectado, y Sahasrara es para nosotros la flor que recibe la luz del sol para hacer la fotosíntesis.

Sahasrara genera Devoción, y una confianza que va más allá de la confianza en la vida y en el Universo, porque aunque todo esté en contra seguiremos sintiendo que todo está bien, que podemos mover montañas, y que somos apoyados, amados y guiados. No tiene esto nada que ver con los guías espirituales de otros planos, sino que se trata más bien de algo personal, profundo e íntimo.

Sahasrara es el chakra que se encarga de nuestro reloj interior, es el que nos Despierta. Su relación con el sueño físico también tiene su reflejo espiritual: controla los ciclos en que el Alma está en sintonía con el Todo y se siente protegida y acompañada, y aquellos en los que se encuentra perdida y sola como si la Creación entera la hubiera abandonado o como si no pudiera oír a Dios; a esto último se le llama la Noche Oscura del Alma, y es una etapa en la que se pone en duda toda la espiritualidad y todo lo que se sabe, y el Alma decide hacer una reflexión interior mientras el Ser anda a ciegas. En cualquier caso, este chakra debe recibir mucha energía porque la orientación espiritual es muy importante y en cada ciclo el Ser madura hacia estados más elevados que nada tienen que ver con los estados vibratorios o de conciencia.

El séptimo chakra puede estar más o menos activo, nunca estará completamente cerrado (de hecho, ningún chakra lo está), nunca actuará de forma inarmónica y nunca presentará energía negativa. A nivel de bloqueos sólo podemos hablar de hipofunción o de lo que sucede cuando Sahasrara no trabaja al 100%. En este caso, el Ser puede madurar como ser social, como ser independiente, como ser sintiente, o como ser intelectual, pero se estancará a nivel espiritual, y mientras no se trabaje se alargará el proceso de crecimiento y transformación; en el caso de haber padecido una buena progresión espiritual, se corre más riesgo de caer en la Noche Oscura del Alma y tener dificultades para salir de ella; se le teme a la propia espiritualidad, generalmente por miedo a lo desconocido, y el Ser se angustia por no saber hacia donde se encamina, perdiéndose a veces en la búsqueda de una seguridad material por no encontrarse seguro en lo espiritual; cuesta tener contacto con el Alma y a menudo uno se identifica más con su mente o con otros aspectos de sí alejándose del verdadero Ser que Es; cada renacimiento que tenga que pasar será doloroso porque se vive más como una muerte que como una nueva vida; se comprende a Dios como algo ajeno y externo a nosotros cuando en realidad no se puede ver ahí fuera si no se ve también a uno mismo; los ciclos vitales de sueño se pueden ver alterados; perdemos el sentido de identidad fuera del mundo material; perdemos la conexión con la Vida y las personas.

Sahasrara está vinculado al córtex cerebral y a la glándula pineal (epífisis). Esta última segrega melatonina a partir de la serotonina, y es una hormona encargada de regenerar el cuerpo (por lo que está asociada a la muerte y la resurrección simbólicas), de controlar los ritmos circadianos o reloj biológico que nos sincroniza con los ciclos de la naturaleza (el ciclo circadiano se reproduce aproximadamente cada 24 horas, por lo que sigue sobretodo el ciclo de día y noche), y de dar comienzo a la pubertad. La glándula pineal reconvierte a serotonina la melatonina, y con ella hace que el sueño sea reparador y nos levantemos descansados, actúa sobre la noradrenalina para que nos dé energía, y actúa sobre la dopamina para paliar cualquier tipo de dolor y sentir alegría por la vida (también ayuda a generar endorfinas).

Por lo tanto, las primeras enfermedades a tener en cuenta por problemas en el chakra Sahasrara son el insomnio, el estrés (sobretodo el de tipo espiritual), el letargo o pereza que nos hacen sentirnos cansados y sin ánimo todo el día, y la depresión apática que no sabemos de dónde viene (es decir, al buscar la causa en nosotros, no encontramos el por qué nos sentimos así); además: cualquier trastorno del sueño, depresión mística (pérdida de Fe), fibromialgia, hipersensibilidad al dolor o a cualquier factor ambiental como la luz y el sonido, desmayos y pérdida de conciencia (incluso coma), inactividad cerebral, pérdida de memoria, retraso en la maduración sexual, ansiedad, pérdida de ritmos corporales como el ritmo cardíaco o el hambre, y adicciones. Puede estar vinculado a trastornos típicos del Manipura como la anorexia, porque la pérdida de identidad espiritual puede afectar a la identidad individual en el mundo. De hecho, Sahasrara influye seguro a todo el sistema de chakras.

Su Verdad Espiritual Fundamental es: “El Ser Es”. Así sin más. Es la Verdad que nos conduce a la Humildad. Es un paso necesario para comprender cosas como que el Espacio y el Tiempo no existen, que todo es un Eterno Ahora y debemos vivir el Presente, que el dolor y el placer son una ilusión, y que el Universo y los distintos planos sólo son un reflejo de la realidad espiritual en un grano de arena. Bajo esta Verdad se agrupan todas las demás.

El despertar del Sahasrara se caracteriza por la trascendencia. A veces el Ser experimenta viajes espirituales a otros mundos. De todos modos, lo más destacable es la conciencia del camino espiritual, el hacerse Uno con lo divino, y el realizarse como Dios en la Tierra o cristizarse (recordemos que eso requiere la participación directa de la Kundalini).
























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