La Sombra


El individuo dice "yo" y con esta palabra entiende una serie de características. A cada una de estas características precedió, en su momento, una decisión, se optó entre dos posibilidades, se integró un polo en la identidad y se descartó el otro.
De          una        identificación     suele     derivarse rápidamente también una valoración subjetiva, todo lo que nosotros no queremos ser, lo que no queremos admitir en nuestra identidad, forma nuestro negativo, nuestra «sombra». Porque el repudio de la mitad de las posibilidades no las hace desaparecer sino que sólo las destierra de la identificación o de la conciencia.
El «no» ha quitado de nuestra vista un polo, pero no lo ha eliminado. El polo descartado vive desde ahora en la sombra de nuestra conciencia.
El no ver se considera tanto como no tener. La sombra hace simulador al ser humano.
Llamamos sombra a la suma de todas las facetas de la realidad que el individuo no reconoce o no quiere reconocer en sí y que, por consiguiente, descarta.
Es el mayor enemigo del ser humano: la tiene y no sabe que la tiene, ni la conoce. El ser humano proyecta en un mal anónimo que existe en el mundo todas las manifestaciones que salen de su sombra porque tiene miedo de encontrar en sí mismo la verdadera fuente de toda desgracia. Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra que es la suma de todo lo que él no quiere.
Cuando uno rechaza en su interior un principio determinado, cada vez que lo encuentre en el mundo exterior desencadenará en él una reacción de angustia y repudio. (Efecto Diapasón) con la mitad de todos los principios fabricamos un exterior, puesto que no los queremos en nuestro interior, si la sombra está formada por todos los principios que el Yo no ha querido asumir, resulta que la sombra y el exterior son idénticos.
Nosotros sólo podemos conectar con aquello con lo que estamos en resonancia, conduce a la identidad entre mundo exterior y mundo interior. El Yo determina un Tú que es considerado como lo externo, sentimos nuestra sombra como un exterior, porque si la viéramos en nosotros ya no sería la sombra.
El repudio de cualquier principio es la forma más segura de que el sujeto llegue a vivir este principio. Los principios rechazados que ahora aparentemente nos acometen desde el exterior los combatimos en el exterior con el mismo encono con que los habíamos combatido dentro de nosotros, insistimos en nuestro empeño de borrar del mundo los aspectos que valoramos negativamente.
Evitar en forma estricta un aspecto de la realidad indica que el individuo tiene un problema con él., no hay un entorno que nos marque, nos moldee, influya en nosotros o nos haga enfermar: el entorno hace las veces de espejo en el que sólo nos vemos a nosotros mismos y a nuestra sombra a la que no podemos ver en nosotros. Padecemos una ceguera parcial.
Sirve de algo a aquel que se reconoce en el espejo El que vive en este mundo y no reconoce
que todo lo que ve y lo que siente es él mismo, cae en el engaño y el espejismo. (me haces sufrir Vs estoy sufriendo) Nuestra sombra nos angustia.
La sombra nos hace enfermar, es decir, nos hace incompletos: para estar completos nos falta todo lo que hay en ella. La sombra produce la enfermedad, y el encararse con la sombra cura. Se produce porque existe un desequilibrio. Nos indica que no nos encontramos en armonía.
El síntoma es una parte de sombra que se ha introducido en la materia. se manifiesta aquello que falta al ser humano, experimenta aquello que no ha querido experimentar conscientemente. En él podemos aprender a reconocernos. Si una persona se niega a asumir conscientemente un principio,              este principio se introduce en el cuerpo y se manifiesta en forma de síntoma. Entonces el individuo no tiene más remedio que asumir el principio rechazado. Por lo tanto, el síntoma completa al hombre, es el sucedáneo físico de aquello que falta en la conciencia.
Nuestro cuerpo es espejo de nuestra alma; él nos muestra aquello que el alma no puede reconocer más que por su reflejo. Para el que busca la sinceridad al contemplarse a sí mismo, la enfermedad puede ser de gran ayuda. ¡Porque la enfermedad nos hace sinceros! En el síntoma de la enfermedad tenemos claro y palpable aquello que nuestra mente trataba de desterrar y esconder.
PUNTOS PARA DESCUBRIR LA SOMBRA
En sentimientos exagerados con respecto a los demás.
A nivel de personalidad, integrar la sombra no significa que seamos eso.
En acciones impulsivas o inadvertidas.
Situaciones en las que nos sentimos humillados.
En errores desproporcionados por errores cometidos por los demás.
Cuando nos sentimos abrumados por la vergüenza o la cólera.
Cuando nos damos cuenta de que nuestra conducta está fuera de lugar.
Los sueños son fuente de liberación de la sombra. ¿Qué sientes?  ¿Qué necesitas? Todo lo que aparece son partes de ti.
QUÉ NOS PERMITE EL TRABAJO CON LA SOMBRA
Autoconocimiento y aceptación.
Gestionar emociones negativas.
Tomar conciencia del poder del ahora.
Parar y tomar conciencia de nuestro cuerpo. Ir más despacio.
Liberarnos de la culpa y la vergüenza.
Reconocer nuestras proyecciones hacia los demás.
Dejar de juzgar
Sanar nuestras relaciones mediante la comunicación directa y abierta. Asertividad
Utilizar la Expresión Artística: música, pintura, literatura, teatro, danza...
Utilizar la Imaginación Activa y Creativa: dejar que fluya todo lo que surge de la
mente y hablar de ello sin permitir entrar al consciente

Comentarios